No concibo Gran Hermano sin Mercedes Milá. Mercedes Milá es el alma de Gran Hermano. Gran Hermano se hundiría sin Mercedes Milá.
Tranquilos los que estén leyendo estas líneas, que no me he vuelto loca ni me han lavado el cerebro para que a partir de ahora forme parte de la congregación que venera a la Milá; "los mercedarios" podríamos llamarles. Estas frases con las que inicio mi escrito y otras parecidas, las he leído con frecuencia en foros y blogs y ya se sabe que a base de repetir una consigna, ésta llega a convertirse para muchos en dogma de fe. Pero como no es ese mi caso y además estoy convencida de que la afirmación es totalmente falsa y carece de base razonable para sustentarla, voy a intentar echar por tierra semejante despropósito.
En primer lugar, quiero recordar esa frase magistral de George Clemenceau “Todos los cementerios están llenos de gente que se consideraba imprescindible”. No hay duda de que Mercedes, con su actitud ególatra, encajaría perfectamente con la descripción, sin que esto signifique que le desee ni por asomo su traslado definitivo a un lugar tan poco deseable.
Me conformaría con perderla de vista al frente de Gran Hermano, hecho que ya tuvo lugar en el año 2002 tras la emisión de las dos primeras ediciones, sin que el mundo dejara de girar ni se derrumbaran los valores bursátiles. En esas fechas, la periodista dio sorpresivamente la espantada, abandonando el experimento sociológico que tanto la entusiasmaba para dedicarse en exclusiva al programa "Queremos saber más" que presentó del 7 de febrero al 27 de mayo de 2002 en Antena 3. Como consecuencia, en la tercera edición de Gran Hermano no nos honró con su presencia y la presentación se confió finalmente a Pepe Navarro.
Las opiniones sobre la actuación de éste, oscilarán evidentemente en función de los gustos de cada cual e incluso de las simpatías o antipatías que despierten tanto él como Mercedes. Mi impresión personal es algo contradictoria porque de su paso por el programa, recuerdo cosas buenas, regulares y malas, exactamente lo mismo que me ocurre con cada edición que ha presentado la Milá. Pero lo que nadie puede afirmar es que Pepe pasara desapercibido, puesto que ya desde la primera gala nos sorprendió su vestimenta, que él denominaba como moda asimétrica (en esto de los atuendos se adelantó a la Milá), nos divirtió la memorable imitación de su persona efectuada por Carlos Latre (otro punto para Pepe porque a Mercedes nunca la imitó que yo recuerde) y nos impactó con sus ataques descarados a programas muy consolidados como Operación Triunfo y muy cercanos, por emitirse en la misma cadena, como Crónicas Marcianas. Hubo muchas críticas hacia el trabajo de Pepe, a quien vimos con relativa frecuencia trastabillando por el plató como si hubiera abusado del contenido sospechoso de su famosa taza azul o tropezando torpemente con los elementos del decorado o con los asistentes a las galas. Pero también Mercedes se ha caído en directo, ha perdido la petaca y se ha dado golpes contra las cámaras.
En las entrevistas, aunque insistente cuando según su criterio la ocasión lo requería, era menos agresivo que ella y como dato curioso, fue él quien inauguró el dudoso privilegio de acosar a un concursante a lo largo del reality. Su víctima fue Noemí Ungría, que a raíz de unas criticas suyas hacia la organización del programa por el trato recibido, tuvo que soportar en el plató durante toda la edición el resentimiento y el desprecio de Pepe, que no desperdiciaba ocasión para ponerla en evidencia y recordarle su supuesta ingratitud. En esto tampoco fue Mercedes por lo tanto ni precursora ni original (al final va a resultar que en todos estos años ha estado imitando a Pepe), además de ser superada por el periodista cordobés en cuanto a ironía y sentido del humor. Buena prueba de ello fueron, por poner un ejemplo, las puyas que Pepe intercambiaba semana tras semana con otro de los concursantes, Kiko Hernández, a quien se empeñaba en llamar Capitán Trueno, mientras el interesado se vengaba haciendo alusiones al tamaño de la cabeza del presentador, broma convertida ya por entonces en un clásico del medio televisivo. ¿Alguien puede imaginarse la reacción de la Milá si algún concursante se atreve a burlarse de sus arrugas o de su canalillo?
Es cierto que muchos seguidores de Gran Hermano, manifestaron su rechazo hacia Pepe Navarro y su trabajo y clamaron por el regreso de Mercedes Milá, pero también lo es que otros muchos se mostraron encantados con el cambio y le recuerdan con nostalgia. Sea como sea, la imagen que han pretendido dar algunos sobre el fracaso de Gh3 y la responsabilidad de Pepe en el presunto desastre es totalmente inadmisible. Las estadísticas y los datos de audiencia, que en definitiva es lo que garantiza la permanencia de un programa, demuestran con rotundidad que la edición de Gran Hermano donde no estuvo Mercedes Milá, no sólo no disminuyo el éxito o la expectación ya atesorados por las anteriores, sino que los multiplicó. Y una prueba incuestionable: la gala de inauguración de Gh3 es, a día de hoy, la más vista de la historia del reality, ni siquiera superada por las dos primeras ediciones. Ciertamente no se puede negar que en la cuarta edición descendió el número de espectadores y el porcentaje de share, pero eso mismo ha seguido ocurriendo con cada una de las ediciones sucesivas, aún con la presencia de la Milá.
Yo sí concibo Gran Hermano sin Mercedes Milá, incluso sueño con ello. No es el alma de Gran Hermano, al menos en los últimos años, en los que se ha convertido como mucho, en una úlcera que lo está dañando cada vez más. Gran Hermano no se hundiría sin ella porque el formato ha demostrado ser lo suficientemente fuerte como para superar otros muchos obstáculos: la ausencia de Roberto Ontiveros; las esperpénticas ideas de la organización para “sorprendernos” en cada edición, o los escandalosos favoritismos mostrados hacia algunos concursantes, que destacan aun más la discriminación que hacen sufrir a otros. Por todo ello, estoy convencida de que los entusiastas de Gran Hermano hubieran continuado asistiendo incansables a su cita anual, con Pepe Navarro o con cualquier otro presentador, al igual que el personaje de James Bond continúa siendo una apuesta segura para la gran pantalla, a pesar de haber sido encarnado por más de 5 actores diferentes a lo largo de los años.
Por otra parte, la labor de la Milá al frente de Gran Hermano no es tan ensalzada como se nos quiere hacer creer. En Internet son numerosos los foros, plataformas, grupos o blogs que ni la soportan ni se dan tregua en reprocharle su sobreactuada dictadura. Por eso no se explica que Telecinco no se haya planteado entre esas “sorpresas” que tanto nos vende cada año para renovar el reality, la de proceder al relevo de su desgastada presentadora. Esto sí que seria sorprendente y digno de agradecimiento.
Pero si llegara a ocurrir, tal vez la incógnita a despejar no sería el futuro de Gran Hermano sin Mercedes Milá, sino el de Mercedes Milá sin Gran Hermano, puesto que ni su último programa en Antena 3 “Queremos saber”, ni “Diario de ...” en Telecinco, el juguetito que le proporcionaron para que no se aburriera entre temporada y temporada, tuvieron audiencias destacables. Y eso sin mencionar la grotesca experiencia de su intervención en “La Tribu” junto a su gran amigo Javier Sardá, al que dejó en la estacada apenas vislumbró un atisbo de fracaso, abandonando el barco que se hundía sin preocuparse de quien resultara ahogado. Su imagen en pantalla con ese delantal que se le ocurrió vestir y cuyo significado, ni ella misma fue capaz de explicar, es digna de figurar en una antología del disparate.
Mercedes, mírate en el espejo de María Teresa Campos y de su inesperada decadencia profesional y retírate ahora que aún estás a tiempo de que se recuerden tus éxitos del pasado, abandonando Gran Hermano con la poca dignidad que te pueda quedar, antes de que te expulsen sin contemplaciones. Pepe Navarro ha sabido desaparecer de la televisión cuando la audiencia le ha dado la espalda o ha sentido que su trabajo no era lo suficientemente apreciado. Vuelve a copiarle otra vez y desaparece tú también. Te aseguro que a Pepe le voy a echar de menos.
martes, 23 de febrero de 2010
¿QUÉ SERÁ DE TI SIN GRAN HERMANO?
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A MI ME GUSTO MUCHO COMO PRESENTO PEPE SU EDICION, OJALA VOLVIERA
ResponderEliminarNo se entiende que esta mujer siga año tras año con sus injusticias, debe tener mucho poder, a mi al principio me gustaba mucho pero ahora la veo hasta ridicula, cada vez apetece menos seguir el concurso por su culpa
ResponderEliminarHa caido en el peor de los ridiculos, y cada programa se supera por difiilque parezca.
ResponderEliminarEs creida, prepotente, ridicula como solo ella sabe serlo, debio retirarse hace muco, asi al menos nos habria dejado un buen recuerdo de ella.
No se como se aguanta ella sola porque a los demas nos cuesta y creo que puedo hablar en nombre de una inmensa mayoria que crece dia a dia, programa a programa.
no se merece estar donde esta, con eso lo digo todo, que deje de torturarnos con su presencia televisiva esta petarda
ResponderEliminaryo tengo una pregubta mejor
ResponderEliminar¿que sera de nosotros sin Mercedes Milá?...
...
...
...
¡un aliiiiiiiiviiioooooooooo!
jajajaja
cualquier petarda sobre se llame Mercedes Milá o periquillo de los palotes.